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viernes, 22 de agosto de 2014
Aprendizaje autorregulación
miércoles, 20 de agosto de 2014
Derechos principales y violación de derechos en IMÁGENES
¿Existe identidad nacional en el Perú?
¿Existe identidad nacional en
el Perú?
¿En qué se basa la "peruanidad"?
¿En qué se basa la "peruanidad"?
Perú:
País de Identidades Sólidas.
Dicen
las malas lenguas que al peruano le falta identidad nacional. Es un craso error
porque todo ser humano como toda colectividad define siempre un modo de ser, un
modo de pensar, de comportarse. No hay ser humano ni colectividad nacional sin
rasgos propios, originales. Todo lo existente perfila, pues, una identidad. Tal
vez lo correcto sea decir que la identidad es sólida o débil, feble, ambigua,
malaguosa o fuerte.
¿A quién le falta identidad nacional en el Perú? Si entendemos ésta como el arraigo de nuestras raíces, historia, valores, la experiencia peruana revela a una sociedad, más bien, de identidades fuertes. ¿Podrá alguien decir que nuestros paisanos, los qosqorunas (Cuzco) no son claros y meridianos en su modo de ser? Si hasta el centro, el ombligo del mundo se sienten. ¿Habrá alguien tan miope que no encuentre solidez en los aymaras, los hombres de bronce? ¿Y qué decir de los huancas como de nuestros paisanos de Ayacucho o de Huancavelica, seguros de lo suyo pero desamparados tantas veces en nuestra historia patria? ¿Puede alguien ser tan despistado que encuentre falta de carácter, de temperamento nacional en nuestros campesinos cocaleros? Y si cambiamos de región, ¿acaso los chiclayanos, los piuranos, los tumbesinos, los huaracinos, los trujillanos o los hombres y mujeres de Iquitos no están escribiendo en los últimos tiempos y desde siempre páginas de lucha, de dignidad, de amor al terruño, a lo propio? Ni hablemos de los nacidos en la denominada República de Arequipa, los que a partir de su entronque histórico con el Cuzco y Puno configuraron hace varios siglos una región semi-independiente poco ligada a la capital, con mucha autonomía, circuitos comerciales propios, hasta tren regional y salida comercial hacia Bolivia como lo podemos encontrar en valiosos ensayos de Tito Flores Galindo y Baltaco Caravedo Molinari. Destaca además el orgullo de los chalacos y de todos los regionalismos.
¿Cómo ha podido difundirse esa monserga de falta de identidad del peruano cuando encontramos un tremendo potencial identitario? Lo que pasa es que la llamada identidad nacional no es una sumatoria de identidades múltiples. Sumando identidades regionales fuertes no resulta una identidad nacional fuerte, menos en un país que se caracteriza por tener una composición étnica muy heterogénea. ¿No serán los estamentos criollos los que no viven identificados con la historia patria y sus valores nacionales? Porque que sepamos son ellos los que han gobernado nuestro país desde el grito libertario y han dado escasas muestras de solidez en sus proyectos políticos, en sus plataformas gubernamentales. ¿Dónde pues la debilidad, la falta no de identidad sino de patriotismo, de amor por lo nuestro y la venta fácil de nuestros recursos a los extranjeros? ¿Acaso no es desde Lima desde donde se ha dirigido el Perú a partir de 1532 y posteriormente a partir de 1821?
Tal vez en la regionalización y en el incipiente proceso de descentralización, se encuentre el camino para sacar adelante el país con su unidad y diversidad simultáneas.
¿A quién le falta identidad nacional en el Perú? Si entendemos ésta como el arraigo de nuestras raíces, historia, valores, la experiencia peruana revela a una sociedad, más bien, de identidades fuertes. ¿Podrá alguien decir que nuestros paisanos, los qosqorunas (Cuzco) no son claros y meridianos en su modo de ser? Si hasta el centro, el ombligo del mundo se sienten. ¿Habrá alguien tan miope que no encuentre solidez en los aymaras, los hombres de bronce? ¿Y qué decir de los huancas como de nuestros paisanos de Ayacucho o de Huancavelica, seguros de lo suyo pero desamparados tantas veces en nuestra historia patria? ¿Puede alguien ser tan despistado que encuentre falta de carácter, de temperamento nacional en nuestros campesinos cocaleros? Y si cambiamos de región, ¿acaso los chiclayanos, los piuranos, los tumbesinos, los huaracinos, los trujillanos o los hombres y mujeres de Iquitos no están escribiendo en los últimos tiempos y desde siempre páginas de lucha, de dignidad, de amor al terruño, a lo propio? Ni hablemos de los nacidos en la denominada República de Arequipa, los que a partir de su entronque histórico con el Cuzco y Puno configuraron hace varios siglos una región semi-independiente poco ligada a la capital, con mucha autonomía, circuitos comerciales propios, hasta tren regional y salida comercial hacia Bolivia como lo podemos encontrar en valiosos ensayos de Tito Flores Galindo y Baltaco Caravedo Molinari. Destaca además el orgullo de los chalacos y de todos los regionalismos.
¿Cómo ha podido difundirse esa monserga de falta de identidad del peruano cuando encontramos un tremendo potencial identitario? Lo que pasa es que la llamada identidad nacional no es una sumatoria de identidades múltiples. Sumando identidades regionales fuertes no resulta una identidad nacional fuerte, menos en un país que se caracteriza por tener una composición étnica muy heterogénea. ¿No serán los estamentos criollos los que no viven identificados con la historia patria y sus valores nacionales? Porque que sepamos son ellos los que han gobernado nuestro país desde el grito libertario y han dado escasas muestras de solidez en sus proyectos políticos, en sus plataformas gubernamentales. ¿Dónde pues la debilidad, la falta no de identidad sino de patriotismo, de amor por lo nuestro y la venta fácil de nuestros recursos a los extranjeros? ¿Acaso no es desde Lima desde donde se ha dirigido el Perú a partir de 1532 y posteriormente a partir de 1821?
Tal vez en la regionalización y en el incipiente proceso de descentralización, se encuentre el camino para sacar adelante el país con su unidad y diversidad simultáneas.
Cienciano: La Reafirmación del Perú
Eduardo
Arroyo
eduardoarroyo29@latinmail.com
A unos 15 años en que el capitalismo intentara borrar las fronteras y soberanías nacionales, pareciera ser que la globalización sólo ha estimulado la emergencia y consolidación de fuertes bloques civilizatorios y el despertar de identidades nacionales. Aunque eso duela aceptar a Mario Vargas Llosa que plantea una modernización arcaica para la que todo sentimiento nacional es un retroceso en la historia y cataloga de terroristas a los movimientos populares. Pero les guste o no a los gonfaloneros de la globalización, la mundialización que nos hace hijos del planeta convive con el sentimiento nacional. Y eso se da no sólo en el sur pobre, en el ex-tercer mundo sino en todos los pueblos del planeta.
Los últimos tiempos han visto emerger en América Latina al movimiento indígena con fuerza. No se trata de gente que quiera retroceder al Tawantinsuyo, como lo plantea el movimiento de Humala que amenaza con fusilar a todos los que estén en desacuerdo con sus planteamientos, en el colmo de las intolerancias. Lo andino se aprecia en nuestro país en ese macizo bloque secular como en el frondoso proceso de mestizaje en una sociedad que tiene hoy más centros urbanos que rurales habitados por hombres y mujeres del ande que al fusionar la cultura andina con la urbana han creado el fenómeno de la cultura chola.
El Perú vive un proceso de descentralización y confiamos que con los años se solidifique la regionalización. Un gobierno débil como el de Toledo, que obstaculiza a la descentralización y un país pobre y con una permanente carga de derrotas no son precisamente los personajes del cambio social. Pero el fútbol convertido en una moderna religión de masas realiza ese milagro del despertar de un pueblo. Es religión porque indica fe en un equipo. Así el deporte se constituye en una suerte de creencia colectiva de gente unida por lazos afectivos, unos colores, unas vinchas, unos chimpunes.
El triunfo de Cienciano logró unir a todo el Perú. En una coyuntura de regionalización y de descentralización, desde el Cuzco , el ombligo del mundo, la capital de los Incas, un equipo por quien nadie daba un medio vestido con un uniforme que tiene los colores patrios y jugando nada menos que en la región más separatista, Arequipa, reafirma la autoestima nacional y reivindica al Perú. Reafirma la peruanidad en un país cansado de derrotas en donde hasta los héroes (Bolognesi, Grau,) vienen de guerras perdidas si bien han demostrado valor, coraje, agallas y amor a la patria.
El triunfo viene desde fuera de Lima a partir de un equipo que deja pequeños a los equipos capitalinos con sus directores técnicos importados y sus jugadores de sueldos millonarios. El primer título internacional de un club peruano está en manos del Cienciano, un equipo provinciano pobre y cholo, humilde y batallador, que expresa la garra de los qosqorunas como del peruano en general. Combina el Cienciano a jugadores de la región cuzqueña con jugadores de todas partes, jugadores jóvenes con viejos, muchos ya marchitos a los que un buen director técnico da la oportunidad de reciclarse no a partir del estrellato individual sino a partir de la valoración del equipo. Frente al vedetismo individualista se refuerza la idea de la solidaridad del equipo, de los valores de la fraternidad. A la base está la disciplina, el amor patrio, el coraje, la garra que demuestran, como decíamos anteriormente, que los peruanos somos de identidad sólida vengamos de la región que vengamos y que somos trabajadores y tremendamente creativos, ingeniosos e imaginativos como pundonorosos cuando la mística enciende nuestros corazones.
Ha logrado hacer reflotar la esperanza, la fe en los valores nacionales, su gente. Ha hecho que los propios peruanos, que ya no creían en el Perú, vuelvan a sentir el llamado de la patria. "Esto vale un Perú" dijeron de nosotros hace mucho y puede volver a ser el lema de identidad del Perú.
A partir del Cienciano se revalora al Perú como entidad, desde el Cuzco de los Incas renace el Perú que es de todas las sangres como el Cienciano juntando a andinos con negros, zambos, sacalaguas. Así es el Perú. Aquí no vale ese dicho criollo (tan falso) de que un negro no canta en puna cuandoLa Rosa , Román, Bazalar, negros, zambos y mulatos
demuestran que en el ande también se aceptan a los de color oscuro. Supera todo
racismo y en Miraflores, San Isidro, mecas del aristocratismo, del racismo se
ha cantado el himno del Cienciano, se ha aplaudido al Cienciano que nos
devuelve la esperanza al arrancarle un gol a la vida ante tanta derrota, tanto
autogol del gobierno. Frente a un Toledo autodestructivo encarcelado por su
partido que lo mina y erosiona, el Cienciano nuclea y concentra a las fuerzas
sanas, vitales, fuertes que se crecen ante los retos. Son peruanos con
mentalidad ganadora, provincianos mentalizados con la idea de un Perú a
construir con garra, trabajo, identidad, entrega sin amarrar el macho diferente
a Toledo, que podrá venir de un caserío andino pero domesticado desde su
adolescencia por los EEUU ha pasado a ser un cholo de Harvard sin ánimo
nacional jugando para las ligas estadounidenses neoliberales. De poco le valió
su sueño infantil de ser presidente si es que el imperio lo domesticó y hoy
gobierna para el imperio.
Todas las sangres incluirían no sólo a todas las regiones jugando por el Cienciano sino a representantes de otros países. Allí Ibáñez, argentino de nacimiento pero nacionalizado peruano, siempre sereno y aleccionador, pedagogo y sacrificado como eficiente. Allí Lugo, paragüayo, el autor del gol del triunfo ante River Plate. Calidad total, diría el mercado.
El triunfo indica además el buen manejo empresarial comandado por su presidente Juvenal Silva como la alta capacidad de su director técnico. En síntesis, el Cienciano sin ser un equipo de alta calidad técnica gana por su manejo ordenado, planificado, el perfilamiento de un equipo disciplinado y alta calidad empresarial. Por no prometer, como Toledo, más de lo que puede hacer y hacerlo bien. Por no recurrir a las figuras sino a un equipo mediano que sin grandes jugadores que sobresalgan constituye una entidad sólida y bien afiatada, es decir, un ejército bien firme. No es un equipo con gran experiencia internacional pero tiene disciplina, garra, coraje, las ganas de hacer las cosas bien, patriotismo y conjuga a jugadores jóvenes y viejos. Reivindica a las provincias justamente en una coyuntura de descentralización frente al centralismo capitalino. Supera todo racismo en un país que a pesar de ser centralmente cholo, es tremendamente racista. Todos buscan blanquearse choleando al resto.
El triunfo indica finalmente que los peruanos pueden lograr el éxito como por ejemplo la familia ayacuchana Añaños, creadora de Kola Real que hoy atemoriza ala Coca y Pepsi Cola; como
Beatriz Merino, la expremier, tumbada por el propio partido oficialista,
mediocre e incapaz de soportar a una mujer de éxito…
El mejor regalo para la patria no será el desembarco dela
Merino ni el viaje a Punta Sal del presidente sino el triunfo
de estos compatriotas honestos, valerosos, identificados con la causa nacional.
eduardoarroyo29@latinmail.com
A unos 15 años en que el capitalismo intentara borrar las fronteras y soberanías nacionales, pareciera ser que la globalización sólo ha estimulado la emergencia y consolidación de fuertes bloques civilizatorios y el despertar de identidades nacionales. Aunque eso duela aceptar a Mario Vargas Llosa que plantea una modernización arcaica para la que todo sentimiento nacional es un retroceso en la historia y cataloga de terroristas a los movimientos populares. Pero les guste o no a los gonfaloneros de la globalización, la mundialización que nos hace hijos del planeta convive con el sentimiento nacional. Y eso se da no sólo en el sur pobre, en el ex-tercer mundo sino en todos los pueblos del planeta.
Los últimos tiempos han visto emerger en América Latina al movimiento indígena con fuerza. No se trata de gente que quiera retroceder al Tawantinsuyo, como lo plantea el movimiento de Humala que amenaza con fusilar a todos los que estén en desacuerdo con sus planteamientos, en el colmo de las intolerancias. Lo andino se aprecia en nuestro país en ese macizo bloque secular como en el frondoso proceso de mestizaje en una sociedad que tiene hoy más centros urbanos que rurales habitados por hombres y mujeres del ande que al fusionar la cultura andina con la urbana han creado el fenómeno de la cultura chola.
El Perú vive un proceso de descentralización y confiamos que con los años se solidifique la regionalización. Un gobierno débil como el de Toledo, que obstaculiza a la descentralización y un país pobre y con una permanente carga de derrotas no son precisamente los personajes del cambio social. Pero el fútbol convertido en una moderna religión de masas realiza ese milagro del despertar de un pueblo. Es religión porque indica fe en un equipo. Así el deporte se constituye en una suerte de creencia colectiva de gente unida por lazos afectivos, unos colores, unas vinchas, unos chimpunes.
El triunfo de Cienciano logró unir a todo el Perú. En una coyuntura de regionalización y de descentralización, desde el Cuzco , el ombligo del mundo, la capital de los Incas, un equipo por quien nadie daba un medio vestido con un uniforme que tiene los colores patrios y jugando nada menos que en la región más separatista, Arequipa, reafirma la autoestima nacional y reivindica al Perú. Reafirma la peruanidad en un país cansado de derrotas en donde hasta los héroes (Bolognesi, Grau,) vienen de guerras perdidas si bien han demostrado valor, coraje, agallas y amor a la patria.
El triunfo viene desde fuera de Lima a partir de un equipo que deja pequeños a los equipos capitalinos con sus directores técnicos importados y sus jugadores de sueldos millonarios. El primer título internacional de un club peruano está en manos del Cienciano, un equipo provinciano pobre y cholo, humilde y batallador, que expresa la garra de los qosqorunas como del peruano en general. Combina el Cienciano a jugadores de la región cuzqueña con jugadores de todas partes, jugadores jóvenes con viejos, muchos ya marchitos a los que un buen director técnico da la oportunidad de reciclarse no a partir del estrellato individual sino a partir de la valoración del equipo. Frente al vedetismo individualista se refuerza la idea de la solidaridad del equipo, de los valores de la fraternidad. A la base está la disciplina, el amor patrio, el coraje, la garra que demuestran, como decíamos anteriormente, que los peruanos somos de identidad sólida vengamos de la región que vengamos y que somos trabajadores y tremendamente creativos, ingeniosos e imaginativos como pundonorosos cuando la mística enciende nuestros corazones.
Ha logrado hacer reflotar la esperanza, la fe en los valores nacionales, su gente. Ha hecho que los propios peruanos, que ya no creían en el Perú, vuelvan a sentir el llamado de la patria. "Esto vale un Perú" dijeron de nosotros hace mucho y puede volver a ser el lema de identidad del Perú.
A partir del Cienciano se revalora al Perú como entidad, desde el Cuzco de los Incas renace el Perú que es de todas las sangres como el Cienciano juntando a andinos con negros, zambos, sacalaguas. Así es el Perú. Aquí no vale ese dicho criollo (tan falso) de que un negro no canta en puna cuando
Todas las sangres incluirían no sólo a todas las regiones jugando por el Cienciano sino a representantes de otros países. Allí Ibáñez, argentino de nacimiento pero nacionalizado peruano, siempre sereno y aleccionador, pedagogo y sacrificado como eficiente. Allí Lugo, paragüayo, el autor del gol del triunfo ante River Plate. Calidad total, diría el mercado.
El triunfo indica además el buen manejo empresarial comandado por su presidente Juvenal Silva como la alta capacidad de su director técnico. En síntesis, el Cienciano sin ser un equipo de alta calidad técnica gana por su manejo ordenado, planificado, el perfilamiento de un equipo disciplinado y alta calidad empresarial. Por no prometer, como Toledo, más de lo que puede hacer y hacerlo bien. Por no recurrir a las figuras sino a un equipo mediano que sin grandes jugadores que sobresalgan constituye una entidad sólida y bien afiatada, es decir, un ejército bien firme. No es un equipo con gran experiencia internacional pero tiene disciplina, garra, coraje, las ganas de hacer las cosas bien, patriotismo y conjuga a jugadores jóvenes y viejos. Reivindica a las provincias justamente en una coyuntura de descentralización frente al centralismo capitalino. Supera todo racismo en un país que a pesar de ser centralmente cholo, es tremendamente racista. Todos buscan blanquearse choleando al resto.
El triunfo indica finalmente que los peruanos pueden lograr el éxito como por ejemplo la familia ayacuchana Añaños, creadora de Kola Real que hoy atemoriza a
El mejor regalo para la patria no será el desembarco de
miércoles, 13 de agosto de 2014
Dignidad de la persona humana
EVOLUCIÓN HISTÓRICA DE LOS DERECHOS HUMANOS Y RETOS
La conciencia clara y universal de la existencia de lo que hoy se conoce por derechos humanos es propia de los tiempos modernos, es decir, es una idea que surge y se consolida a partir fundamentalmente del siglo XVIII tras las revoluciones americana y francesa. Sólo a partir de aquí se puede hablar con propiedad de la existencia de los derechos humanos. Sin embargo, la reivindicación fundamental de lo que se quiere expresar con la idea de los derechos humanos se remonta a muy atrás en la historia, y atraviesa las diferentes culturas y civilizaciones.
Cuando nos referimos a los derechos humanos debemos tener en cuenta las dos ideas fundamentales que subyacen en este fenómeno. La primera idea es ladignidad inherente a la persona humana, es decir, los derechos humanos pretenden la defensa de dicha dignidad. La segunda idea hace referencia al establecimiento de límites al poder, siendo los derechos humanos uno de los límites tradicionales al poder omnímodo de los Estados.
Los derechos humanos a los que dio lugar la Revolución francesa fueron los denominados derechos de la primera generación, los derechos civiles y políticos (libertad de credo, libertad de expresión, derecho de voto, derecho a no sufrir malos tratos, etc.). Son derechos en los que prima, ante todo, la reivindicación de un espacio de autonomía y libertad frente al Estado; lo que plantean estos derechos humanos es la no interferencia del Estado en la vida de los ciudadanos y ciudadanas. Sin embargo, con el paso del tiempo se fue viendo que los derechos civiles y políticos eran insuficientes y que necesitaban ser complementados. No será hasta fines del siglo XIX y principios del XX cuando, debido al auge del movimiento obrero y a la aparición de partidos de ideología socialista, se empiece a calificar a los derechos civiles y políticos como meras “libertades formales”, en sentido marxista, si no se garantizan, a su vez, otro tipo de derechos: los derechos económicos, sociales y culturales (derecho al trabajo, al alimento, a la educación, etc.). Se considera que la dignidad humana descansa tanto en el reconocimiento de los derechos civiles y políticos como en el reconocimiento de los derechos económicos, sociales y culturales.
Esta segunda generación de derechos humanos recibirá un apoyo importante con el triunfo de las revoluciones rusa y mejicana, que tratan de instaurarlos de una manera efectiva. Esta nueva generación de derechos humanos ya no se va a contentar con un papel meramente pasivo del Estado, sino que va a exigir una actividad positiva por parte de éste para ser puestos en práctica. Asistimos así, avalado por el keynesianismo económico, al advenimiento del Estado intervencionista. A partir de este momento, los ciudadanos van a comenzar a reivindicar al Estado su intervención para la protección y garantización de derechos tales como el acceso a la salud, a la vivienda, a la educación, el derecho al trabajo, la Seguridad Social, etc.
Ahora bien, a pesar de la existencia y aparición histórica de las dos generaciones o tipos de derechos humanos que acabamos de analizar, no se trata de dos compartimentos estancos, dos categorías completamente autónomas, sino que ambas categorías van a estar profundamente interrelacionadas. Es lo que se denomina la indivisibilidad e interdependencia de las dos generaciones de derechos humanos.
1) Internacionalización de los derechos humanos Surgidos los derechos humanos en las esferas nacionales de cada Estado, será a partir de 1945, tras la finalización de la II Guerra Mundial, cuando se inicie un proceso paulatino de internacionalización de los derechos humanos, es decir, un proceso mediante el cual no sólo los Estados sino también la comunidad internacional va a asumir progresivamente competencias en el campo de los derechos humanos. Un papel destacado en este proceso de internacionalización le va a corresponder a la Organización de las NACIONES UNIDAS (ONU), que se va a convertir en el marco en el que se va configurando el nuevo Derecho Internacional de los Derechos Humanos.
Tras el fin de la II Guerra Mundial en 1945 y el descubrimiento de los horrores ocurridos en los campos de concentración y del genocidio judío, los derechos humanos se convirtieron en uno de los objetivos primordiales de la ONU, entonces creada. La Carta de las Naciones Unidas (1945), el documento constitutivo de la nueva Organización, se iba a hacer eco de este interés renovado por los derechos humanos, proclamando ya desde el mismo Preámbulo su “fe en los derechos fundamentales”.
De todas formas, desde los mismos inicios de la nueva Organización Internacional se vio claramente que los derechos humanos se iban a convertir en un arma arrojadiza más entre las grandes potencias ya enfrascadas en la Guerra Fría, período que abarca desde poco después del fin de la II Guerra Mundial hasta principios de los años 90. Los derechos humanos han sido una cuestión que ha estado absolutamente politizada, entrando en juego factores externos a lo que constituye la esencia y la razón de ser de los derechos humanos: la defensa de la dignidad de la persona.
Esta politización estuvo presente en todo el proceso de elaboración de la DECLARACIÓN UNIVERSAL DE LOS DERECHOS HUMANOS, con posiciones muy encontradas entre el bloque socialista y el bloque capitalista. Finalmente, el 10 de diciembre de 1948 tuvo lugar la aprobación de la Declaración Universal de los Derechos Humanos por la Asamblea General de las Naciones Unidas.
Otro paso importante adoptado en el seno de las Naciones Unidas para profundizar en el proceso iniciado en orden a la internacionalización de los derechos humanos fue la aprobación en 1966 de los PACTOS INTERNACIONALES DE DERECHOS HUMANOS. La aprobación de estos dos Pactos era el complemento imprescindible a la aprobación en 1948 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos. El problema con el que se enfrentaba la Declaración de 1948 es que fue aprobada mediante una resolución de la Asamblea General de las Naciones Unidas, resoluciones que constituyen meras recomendaciones para los Estados, pero no obligaciones jurídicas vinculantes. Por lo tanto, era imprescindible el proceder a la aprobación de unos instrumentos de derechos humanos que tuviesen carácter plenamente jurídico y pudiesen vincular a los Estados que los ratificasen. Sin embargo, como ocurriese con la aprobación de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, iba a ser una tarea enormemente complicada. De nuevo el conflicto Este-Oeste iba a planear sobre la elaboración de los Pactos de derechos humanos. Para hacernos una idea, inicialmente estaba previsto aprobar un único Pacto, que recogiese el conjunto de los derechos y libertades fundamentales. Finalmente, la rivalidad entre ambos bloques obligó a aprobar dos Pactos. Así, en la actualidad contamos con elPacto internacional de derechos civiles y políticos y con el Pacto internacional de derechos económicos, sociales y culturales, aprobados ambos, paradójicamente, el mismo día y en la misma sesión de la Asamblea General de las Naciones Unidas, el 16 de diciembre de 1966. Sin embargo, hubo que esperar otros diez años, hasta 1976, para que estos dos Pactos pudiesen entrar en vigor tras la ratificación de un número suficiente de Estados.
Asimismo, es interesante destacar la protección de los derechos humanos que ha tenido lugar en el marco de Organizaciones Internacionales de carácter regional. Dadas las enormes diferencias culturales, ideológicas, religiosas y de otros tipos existentes entre los diferentes Estados a nivel universal, pronto se vio que iba a ser mucho más sencillo el cooperar en ámbitos más reducidos y con un mayor grado de homogeneidad. Así, desde el Consejo de Europa, la Organización de Estados Americanos (OEA) y la Organización para la Unidad Africana (OUA) se han creado sendos sistemas de protección de los derechos humanos. En este sentido, en 1950 se adoptó la Convención Europea de Derechos Humanos, en 1969 la Convención Americana de Derechos Humanos y en 1981 la Carta Africana de los Derechos Humanos y de los Pueblos (ver [sistema africano/europeo/interamericano de derechos humanos]).
Por lo tanto, en la actualidad contamos en la esfera internacional con la Declaración Universal, los dos Pactos Internacionales de derechos humanos, las Convenciones de carácter regional y todo un abanico de Convenciones internacionales que han venido a tratar de proteger determinados sectores específicos de derechos humanos (derechos de los niños, derechos de la mujer, prohibición internacional contra la tortura, etc.).
2) La aparición de los derechos humanos de la tercera generación
A partir de los años 70 estamos asistiendo a la aparición de todo un conjunto de nuevos derechos humanos, que tratan de responder a los retos más urgentes que tiene planteados ante sí la comunidad internacional. Entre los derechos humanos que han sido propuestos para formar parte de esta “nueva frontera de los derechos humanos” se encuentran los siguientes: el DERECHO AL DESARROLLO; el DERECHO A LA PAZ; el DERECHO AL MEDIO AMBIENTE; el Derecho a Beneficiarse del Patrimonio Común de la Humanidad o el derecho a la asistencia humanitaria (ver acción humanitaria: fundamentos jurídicos).
Diferentes son los factores que han propiciado, y siguen propiciando, la aparición de estos nuevos derechos humanos. En primer lugar, el proceso descolonizador de los años 60 supuso toda una revolución en la sociedad internacional y, por ende, en el ordenamiento jurídico llamado a regularla, el Derecho Internacional. Este cambio también ha dejado sentir su influencia en la teoría de los derechos humanos, que cada vez se va a orientar más hacia los problemas y necesidades concretos de la nueva categoría de países que había aparecido en la escena internacional: los países en vías de desarrollo. Si, como hemos visto, fueron las revoluciones burguesas y socialistas las que dieron lugar a la primera y segunda generación de derechos humanos, respectivamente, va a ser esta revolución anticolonialista la que dé origen a la aparición de los derechos humanos de la tercera generación.
Otro factor que ha incidido de una forma notable en el surgimiento de estos derechos de la solidaridad es la interdependencia y globalización presentes en la sociedad internacional a partir de los años 70. Cada vez más los Estados son conscientes de que existen problemas globales cuya solución exige respuestas coordinadas, esto es, recurrir a la cooperación internacional. Consecuencia de este cambio global, los derechos de la tercera generación son derechos que enfatizan la necesidad de cooperación internacional y que tienen una dimensión básicamente colectiva.
Ahora bien, esta nueva generación de derechos humanos no ha sido aceptada de forma pacífica ni por la doctrina iusinternacionalista ni por los propios Estados, existiendo un intenso debate en torno a ellos. Salvo el derecho a beneficiarse del Patrimonio Común de la Humanidad, ninguno de los otros nuevos derechos ha sido reconocido mediante un instrumento convencional de alcance universal, es decir, mediante un tratado internacional vinculante para los Estados que lo ratifiquen. El reconocimiento de estos nuevos derechos se ha efectuado principalmente a través de resoluciones de la Asamblea General de las Naciones Unidas, lo que nos plantea el espinoso tema del valor jurídico de tales resoluciones.
Por lo tanto, nos encontramos ante unos nuevos derechos humanos que estarían todavía en proceso de formación; serían derechos humanos en statu nascendi, dado que los Estados, principales creadores del Derecho Internacional, se muestran reacios a su reconocimiento en otro instrumento que no sean resoluciones de la Asamblea General de las Naciones Unidas.
3) Retos actuales de los derechos humanos
Los principales retos que se le plantean en la actualidad a los derechos humanos serían los siguientes:
a) El establecimiento de una concepción amplia y omnicomprensiva de los derechos humanos. Para una adecuada comprensión de éstos es necesario proteger tanto los derechos civiles y políticos como los derechos económicos, sociales y culturales. En la actualidad, una vez caído el Muro de Berlín, parece acechar una especie de pensamiento único sobre la teoría de los derechos humanos, dando importancia tan sólo a las libertades clásicas de las democracias occidentales, los derechos civiles y políticos. Sin embargo, desde la indivisibilidad e interdependencia de los derechos humanos hay que defender también la urgente necesidad, sobre todo en el Tercer Mundo, de promover los derechos económicos, sociales y culturales y, asimismo, los derechos de la tercera generación.
b) El logro de una verdadera concepción universal de los derechos humanos. Nos encontramos ante uno de los principales problemas a los que se enfrentan actualmente los derechos humanos, pues su proclamado carácter universal es cuestionado por el relativismo cultural de quienes sostienen que no deben prevalecer sobre las prácticas sociales y culturales tradicionales propias de diferentes sociedades, aunque supongan una conculcación de aquéllos. El camino hacia la universalidad pasa inexorablemente por el diálogo intercultural, un diálogo abierto, sincero, sin prejuicios y que, progresivamente, vaya acercando unas posturas que en la actualidad se encuentran muy alejadas entre sí.
c) La influencia de la globalización en los derechos humanos. La globalización, uno de los signos de los tiempos actuales, está ejerciendo una influencia cada vez mayor en el disfrute de los derechos humanos en áreas importantes del planeta.
d) Mejora de los mecanismos de protección de los derechos humanos tanto en la esfera nacional como en la internacional. Una vez que el desarrollo normativo en el campo de los derechos humanos ha llegado a ser muy importante, mediante el crucial papel de las Naciones Unidas y las diferentes Organizaciones Internacionales, la siguiente tarea es el perfeccionamiento de los sistemas de protección de los derechos humanos, haciendo más cercano al ciudadano el poder acudir a instancias que puedan proteger efectivamente sus derechos, tanto en el ámbito nacional como en el internacional. F. G.
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Bibliografía
• AA.VV. (1999), La Declaración Universal de Derechos Humanos en su Cincuenta Aniversario. Un Estudio Interdisciplinar, Universidad de Deusto-Instituto de Derechos Humanos Pedro Arrupe, Bilbao.
• Alston, P. (1992), The United Nations and Human Rights, Clarendon Press, Oxford.
• Buergenthal, T. y A. Kiss (1991), La protection internationale des Droits de l'Homme. Précis, N.P. Engel, Estrasburgo.
• Carrillo Salcedo, J. A. (1995), Soberanía de los Estados y Derechos Humanos en el Derecho Internacional Contemporáneo, Tecnos, Madrid.
• Cassese, A. (1991), Los derechos humanos en el mundo contemporáneo, Ariel, Barcelona.
martes, 12 de agosto de 2014
APRENDIZAJE ESCOLAR DE LOS ADOLECENTES
Es una etapa que no deja indiferente a nadie, algunos la vivimos con todas sus complicaciones y para otros es un periodo que pasa rápidamente. Sea cual fuera la experiencia de cada uno de nosotros está claro que es una etapa de cambios y que como padres debemos estar atentos a las señales que estos adolescentes nos dicen.
Las características afectivas, sociales y cognitivas por las cuales atraviesa un adolescente son similares en todos, se matizan por la estructura de personalidad, por la dinámica familiar y escolar y por el grupo de pares, pero presentan claramente un eje en común.
Al ingresar a la edad juvenil (especialmente en la prepubertad) veremos un gran quiebre a la armonía y sociabilidad de la niñez. La persona busca cortar la gran cercanía con sus padres y, generalmente, lo realiza de forma brusca resintiéndose fuertemente la situación familiar. El afán de independencia que anima a los jóvenes, no busca otra cosa que construir una identidad desde lo que son internamente y no tanto desde las opiniones de los adultos más cercanos. Generalmente los padres se “insegurizan” con este comportamiento juvenil y exageran las conductas de espionaje o acoso, aumentando así la fuerza del rechazo y alejamiento del joven. Es importante no confundir esta necesidad de distancia con disminución del afecto que ellos sienten por su familia. Los adolescentes aman a sus padres, pero necesitan espacio para ensayar nuevas formas de ser, nuevas formas de vestirse, nuevas formas de hablar sin la mirada enjuiciadora de sus padres, justamente porque la opinión de ellos tiene un peso muy grande en su interior.
Socialmente aumenta la importancia y la proximidad del grupo de pares. Las investigaciones muestran que esta búsqueda de los jóvenes por estar con sus iguales no implica necesariamente una influencia superior sobre la que ejercen los padres. Al parecer el adolescente se deja influir por sus padres para cierto tipo de temas trascendentes y le da autoridad a sus amigos para asuntos más relacionados con lo cotidiano. El gran valor que tiene el grupo para el joven es que en ese lugar ensaya y aprende nuevas alternativas de conducta que no tiene oportunidad de adquirir en su casa.
En la mitad de la edad juvenil (pubertad), se observará una disminución de relaciones sociales con los grupos grandes de iguales y tomará gran fuerza el amigo íntimo. Esta destrucción de la pandilla de la infancia se debe a la necesidad de reestructurarse como persona y para ello la conversación con el amigo es de gran utilidad.
En su Desarrollo Afectivo, se observa un cambio muy grande, ya que se pierde la estabilidad de la niñez, comienza una gran labilidad emocional, inquietud inespecífica, inseguridad y su principal interés es el logro de la independencia (particularmente de los padres). Se retrae la expresión emocional, especialmente en la mitad de la etapa en que sólo se confidencia con sus amigos más íntimos. Experimenta una gran sensibilidad al placer que invade todo su mundo emocional, surge una gran necesidad de estima personal y una gran curiosidad por lo sexual. Sólo al final de la edad juvenil comienzan a surgir intereses genuinos por causas sociales o religiosas que lo hacen salir de sí mismo para volver a valorar al grupo. Podemos declarar que un joven está maduro cuando logra la profundidad, estabilidad e integración antes mencionada.
El aprendizaje en esta etapa de la adolescencia se caracteriza porque el menor ha logrado desarrollar un pensamiento lógico abstracto, reflexivo y crítico. El adolescente es capaz de razonar con base en enunciados e hipótesis no sólo con los objetos que están a su alcance, sino que ya aplica la lógica de las proposiciones. Las diferencias entre las operaciones formales son de carácter vertical y de grado.
Su hijo necesita:
1. Respetar su ritmo de aprendizaje, están más distraídos por sus propios cambios evolutivos. Muchas veces ellos no se pueden explicar lo que les pasa, por tanto, están pensando en muchas cosas a la vez y les cuesta concentrarse en las tareas escolares.
2. Cada adolescente buscará su estilo y técnicas de estudio que más le permita rendir en las actividades escolares. Es importante que el o la adolescente aprenda a fijarse metas, a ser más independiente y más responsable en sus trabajos. La autoestima y el rendimiento escolar están fuertemente relacionados.
3. Conversar sobre las actividades escolares, sin forzarlo a hablar, ni con la intención del control o supervisión. Dialogar de la rutina del día para lo cual los padres podemos iniciar la conversación contando nuestras propias experiencias en el trabajo.
4. Sentir que como padres estamos presentes sin ser invasores de sus espacios, validando las emociones, aunque uno no esté de acuerdo, porque es lo que a ellos les pasa. Así se sobrepondrán y uno les deja la puerta abierta para que cuenten. Cuando se minimizan las cosas diciendo que no va a pasar nada, uno no les da pie para que después lleguen a contar que fue complicado o se quedaron solos en el recreo, entonces mienten.
5. Permitirles que tomen decisiones propias para favorecer su seguridad e independencia, considerando que con el aumento de sus capacidades cognitivas e intuitivas, pueden enfrentar nuevas responsabilidades y a disfrutar la independencia de pensamiento y acción.
6. Evitar la critica por la crítica, están más sensibles a las apreciaciones de su entorno y podemos deteriorar su auto imagen, se vuelven más reflexivos sobre quiénes son y quiénes desean ser y observan las diferencias entre el modo en que actúan y el modo en que piensan que deberían hacerlo.
7. Es válido discutir con los hijos y en esta etapa los desacuerdos aumentan. Lo importante es descubrir una manera armónica de solucionar el conflicto, nosotros somos los adultos que debemos dar las pautas de comunicación y diálogo; con el tiempo estos conflictos disminuyen, las relaciones de los adolescentes con sus madres suelen cambiar más que las que tienen con sus padres. Es muy probable que, a medida que se independizan de sus padres, los adolescentes busquen el consejo de sus pares.
8. Por último es importante que los padres mantengan una actitud de escuchar y una disciplina con afecto; los adolescentes necesitan saber los límites que los padres imponen a sus acciones, esto favorece su seguridad y sienten que sus padres se preocupan por ellos, lo cual más tarde agradecerán.
La tarea no es fácil, es una etapa y como tal es superable, recuerden que estar cerca de nuestros hijos nos permite conocerlos desde sus propias fortalezas y guiarlos en las experiencias que les tocarán vivir.
lunes, 11 de agosto de 2014
Trabajo de estudio sobre la región San Martín (PARA LOS QUE NO FUERON AL VIAJE)
Elabora un ensayo que contenga: introducción, desarrollo y conclusiones sobre el potencial económico de la región San Martín.
Cultura, tradición y patrimonio
CULTURA, TRADICION Y PATRIMONIO
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¿QUÉ ES EL PERÚ Y QUÉ ES SER PERUANO?
IDENTIDAD NACIONAL Por: Juan José Vega
La definición de peruano se torna aún más confusa si apuntamos al pasado. Si no podemos esclarecer adecuadamen¬te lo que es hoy un peruano, menos lo podemos respecto al pasado prehispánico. Por ejemplo ¿Fue peruano Huaina Cápac? ¿Lo Fue Usco Vilca el caudillo chanca? Cualquier respuesta provoca discusiones. Por ello muchos preferimos hablar de «antiguos peruanos» en relación a los anteriores a 1532. Resulta algo así como los egipcios: los de hoy, que son predominantemente árabes; y los del tiempo viejo, el del Faraón. Pero ni aún así existe mucha firmeza en las definiciones. Empezando por el hecho que el propio topónimo Perú o Pirú o Birú, no es oriundo del Perú.
Pero creemos de todos modos que, al igual que ese otro país clásico, el Perú tiene dos grandes fases. La Incaica equivalente al tiempo de los Faraones y una nueva que nació de la invasión hispano-africana en 1532, que equivale a la árabe o musulmana en el país del Nilo. La consolidación de todo el proceso resulta aquí menor, porque los sucesos de la llegada de españoles, negros y moriscos son más recientes. Como la de los asiáticos.
Nunca estuvimos de acuerdo con el concepto de «Madre Patria» (España) que se usó antes en la Historia Oficial y en el Calendario Cívico (Día de la Raza española; día del Idioma castellano, etc.). Pero si se utiliza el concepto, debemos atenernos al hecho que el Perú Moderno posee varias madres patrias, África y la China, para empezar. A nuestra tierra llegaron más negros que españoles a lo largo de nuestra compleja historia. Y también más chinos.
El asunto de la identidad es sumamente conflictivo. Manuel González Prada afirmaba ácidamente que el Perú era apenas «un territorio habitado». Numerosas citas parecidas podrían obtenerse, entre ellas la de «nación en formación» de José Carlos Mariátegui y de Ricardo Martínez de la Torre. De épocas más recientes podemos recordar la opinión de Luis Jaime Cisneros, «nos vamos acercando a ser una nación», («Dominical», 7 de julio de 1996), que, aunque difusa en el tiempo, contiene optimismo respecto al concepto. Este distinguido intelectual llegó a interrogarse: “¿cuánto puede durar este país?” («El Observador»,27, 1, 1983); afirmaciones todas que cabe también medirlas, a través del hecho que procedían de quien era hermano de uno de los más prominentes miembros de la Fuerza Armada.
César Vallejo, mirando la heterogeneidad de las regiones, escribiría que «no se advierte ningún rasgo común entre los tres lados del triángulo» (La Cultura Peruana, p. 179); aunque cabe anotar que tan rotundo criterio fue suscrito en la década de 1930, con un Perú menos consolidado. En el otro extremo ideológico, Ventura García Calderón se interrogaría algo después: «¿Qué es un peruano específicamente?». Desde puntos de vista diametralmente opuestos a los de nosotros, este escritor se preguntaba también: “¿Qué es el Perú?”, para responderse que constituía «un laberinto y una síntesis, un ser in fieri, como dirían los teólogos; un crisol de razas, oro, plata, y cobre, donde nadie colige todavía el pergueño de la estatua final. Nos corresponde a todos nosotros la obra urgente de prefigurar el rostro futuro».
Afirmaba, también, que «procedamos, pues, como Fichte en esta investigación, más difícil de llevar a cabo que en otros pueblos de menor enredo histórico. Nos preguntamos ¿Qué significa el Perú a través de cuatro siglos de historia verificable o presumible; qué es un peruano específicamente y cuáles rasgos esenciales hemos de fomentar o mantener?». Luego señalaría que en el Perú existen complejos raciales y que tal es «el secreto íntimo del Perú, como visible y sangrando en esa oscura conjunción de atavismos». Estas aseveraciones, importantísimas por provenir de quien vienen, constan en el ensayo Materiales para un Discurso a la Nación Peruana, (Páginas Escogidas, p. 960-975).
Pero existen ideas mucho más optimistas sobre el destino de nuestra patria, en otros autores. Los García Calderón -son tres, todos valiosos- ¬constituyen una versión de los problemas de la identidad vistos desde grupos sociales superiores; ajenos por completo del pueblo. Más firme ha sido el criterio de Alberto Tauro del Pino. Pero Luis Alberto Sánchez ha dicho que lo de la identidad «está sólo en el capítulo preliminar... pues no está definido... según parece se trata de que una población de raza viva de acuerdo con sus principios originarios, pero, ¿cuál es ese país?» («Caretas», Diciembre, 16, 1993). En el punto extremo Pablo Macera ha llegado a sostener ¿en un exabrupto? que el Perú es «país inventado».
La identidad pues alcanza niveles extremadamente difusos y contradictorios. No sólo aquí. Es el caso de quienes reclaman, por ejemplo, «la identidad europea», como el rey de España en célebre discurso, el 27 de Abril de 1996; identidad que en tal caso apenas cubriría superficialmente algunos aspectos en ese océano de naciones, religiones, lenguas, a grupos étnicos caucasoides y culturas que es Europa, maremagnum más complicado hoy, tras el derrumbe del llamado mundo socialista.
Es extremadamente difícil definir lo que es un peruano. Inclusive la misma palabra peruano es nueva, como gentilicio. Durante la colonia la sociedad del Perú contaba con a) colectividad de indios («república de indios» decían las leyes); b) colectividad de españoles (entre los españoles se consideraba a todos los criollos y mestizos y mulatos muy claros); y c) castas, vale decir los frutos de mezclas como mestizos, zambos, cholos, etc.
Los negros cuando eran esclavos tenían un marco especial. Así fue hasta San Martín, que por decreto democratizante impuso el término peruano para todos los nacidos en el suelo del Perú. Pero fracasó. Aún ahora se sigue hablando con significaciones raciales y hasta racistas en todas las clases sociales, aunque en algunas más que en otras. Incluso cada sector tiene palabras de su propio uso. Los llamados indios por ejemplo, poseen varias. misti, viracocha, pucacunga y chori son algunas de ellas.
Salvo en espíritus progresistas, resulta dificilísimo escuchar la frase «nosotros los peruanos». Hablar así constituye una meta todavía.
Los peruanos somos, pues, de tipos étnicos que cubren todos los continentes del planeta y de todas las mezclas de ellos derivadas (lo cual es importante a causa del racismo). Pero, además, participamos de distintas culturas y poseemos muchas características propias y diferentes según sectores, como veremos. Pero esta variedad no es un mal, como muchos creen; es nuestra mayor riqueza.
El Perú, encarando su realidad, debería procurar la unidad en la diversidad. País de legendarias riquezas culturales y étnicas, debería tener como misión asentar y fortalecer la peruanidad, suma de identidades. Como bien dijera Monseñor José Dammert Bellido, obispo progresista de Cajamarca e intelectual de nota, «nuestro Perú está compuesto por varios Perúes». Por algo fue que este sacerdote llegó a Presidente de la Asamblea Episcopal de nuestro país. Esa frase fue una respuesta a quienes pretenden un Perú parejo y homogéneo, con desdén de la creatividad múltiple de los peruanos de todos los tiempos.
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